Por: Pablo Enrique Bohórquez Duque
“Yo empecé siendo bombero en un municipio maravilloso de Risaralda que es Apía, hace 11 años”. Afirma Wilson Estrada con cierta alegría.
Era apenas un muchacho lleno de sueños e ilusiones por conseguir, cuando inició su carrera como bombero, todo ese mundo al que estaba entrando le parecía maravilloso, pues su principal objetivo desde niño era el poder ayudar y servir a la comunidad.
Después de disfrutar de unas buenas películas en las que se presentaban rescates, accidentes, incendios y otros tipos de emergencias, alimentó ese deseo de ser bombero , y hoy al sentir en carne propia estas situaciones vive totalmente orgulloso de haber escogido esta profesión a tal punto de llegar a ser hoy, Sargento y Jefe de Compañía del Departamento de Bomberos del Municipio de Dosquebradas.
“Mi primera experiencia fue un accidente de tránsito, el volcamiento de un campero con 5 personas a bordo, entonces, yo estaba de guardia aquel día, me llamaron y me reportaron la emergencia, tomé la dirección del evento, inmediatamente activé la alarma, llegó el personal, yo era entonces tripulación de la máquina de primera reacción, llegamos al sitio y encontramos efectivamente un vehículo volteado sobre la vía con 5 personas lesionadas, mi primera acción al llegar a la zona de impacto fue asegurar la escena determinando así que el carro no se fuera a voltear, no fuera a cambiar de posición, determinar y asegurar que no tuviera fugas de combustible que nos pudiera originar un incendio en ese momento, desconectar la batería para evitar un corto eléctrico dentro del vehículo, mientras mis compañeros iniciaban una valoración rápida de los pacientes para determinar cual era la primera atención”, cuenta el Sargento Estrada mientras se pasaba los dedos por la cabeza.
Y afirma, mientras se fuma un cigarrillo que “esa primera vez fue una descarga de adrenalina impresionante, da temblor, da pánico, era querer hacer todo lo que se había visto en el campo de trabajo, en el campo de entrenamiento, querer realizar todo aquello que estaba en cuanto a la información que se encontraba ahí, pero llevarlo de la información a la práctica con todo los procesos de seguridad en la escena, tanto para mí, como para mis compañeros y para el paciente”.
En 11 años de experiencia son muchas las emergencias que le ha tocado atender, obviamente unas tienen más trascendencia que otras, ya sea en el campo laboral o en el campo personal, y que hoy en su pequeña oficina conformada por 3 paredes donde se aprecian afiches de carros de bomberos en diferentes acciones, cuenta con gran pasión algunas anécdotas que han quedado grabadas en su mente.
“Una emergencia atendida en el poliducto Puerto Salgar –Cartago, que es el poliducto que pasa por el Municipio de Dosquebradas, donde nos informaron sobre una explosión y un fuerte olor a gas propano, inmediatamente salimos a hacer una inspección y efectivamente encontramos la ruptura del poliducto ya que estaban robando los diferentes hidrocarburos que transportan en ese sistema, fue una emergencia que atendimos durante 4 días y 3 noches sin descanso, sin parar haciendo solamente relevos de media hora para que el personal pudiera salir de la zona de impacto descansar físicamente en esa media hora tomar algún alimento y regresar nuevamente a laborar a esa zona“, esta es una emergencia de gran impacto y que sin duda recordara toda la vida siendo o no bombero.
Adicional a esto, cuenta que otra anécdota que lo marcó fue un “accidente de tránsito en la vía que comunica a Dosquebradas con Santa Rosa de Cabal, a la altura de la curva gris, hubo una colisión de un dobletroque cargado con madera y un bus Expreso Trejos, hubo 16 personas lesionadas, hablamos de clasificar y hacer “triage” de pacientes y escoger dentro de esos 16 heridos cual requería la primera atención y empezar a darles tratamiento inicial a cada una. Fue un trabajo de más o menos 4 horas mientras valorábamos, estabilizábamos y rescatábamos, ya que la mayoría de heridos quedaron en el abismo hacia donde se fue el bus, lastimosamente en este accidente resultó una persona fallecida”.
La emergencia fue bastante complicada en lo que se refiere a la atención de 16 personas, ya que se presentaban sangrados profusos, fracturas, imposibilidad de movimiento, pacientes inconscientes, pacientes con paro respiratorio. Es una cantidad de situaciones que se deben afrontar en un tiempo muy corto y tomar decisiones urgentes para poder asegurar la vida de la personas.
Sin embargo, la experiencia que más lo ha marcado es “una gran creciente del río otún y nos llamaron del Barrio Otún precisamente, y nos informaron que se había desbordado el río y las últimas viviendas de aquel barrio estaban a punto de colapsar por la fuerza de la corriente del río. Al llegar al sitio efectivamente empezamos a evacuar, el río transitaba por las calles de este barrio y nos informan los vecinos de esta comunidad, que en la última casa se encontraba un adulto mayor que no habían sido capaz de rescatar, la casita tambaleaba por la fuerza del agua, hicimos un puente de escalera entre la máquina y el techo de la vivienda, me tocó a mí, para fortuna, hacer este rescate anclado con cuerdas desde la máquina caminando en 4 patas sobre al escalera, retirar esas tejas de la vivienda, romper el cielo raso y al romperlo pude ver que estaba el agua a un metro veinte de altura, y el señor pedía a gritos el auxilio dentro de la vivienda, me bajé hasta la habitación, aseguré al señor con un arnés, me subí nuevamente a la escalera y comencé a recuperarlo, lo subí a la escalera y de allí le di las indicaciones y la seguridad para que el señor pudiera ayudarme a pasar sobre la escalera, hasta que mis compañeros hicieron contacto físico con él y pusieron a salvo, en el momento en que me retiré de al escalera y me puse en tierra firme la vivienda colapsó por la corriente y la fuerza del agua.
Entonces, es una emergencia que lo llena de mucha satisfacción, pero que pone en riesgo no solamente la vida del abuelo que estaba allí, sino también la vida de la persona que lo estaba socorriendo en ese momento.
Como anécdota final agregó “el rescate de un joven que quería suicidarse, este evento fue en el Viaducto que comunica Pereira con el Municipio de Dosquebradas, nos llamaron y nos informaron de un joven que estaba sentado en el borde del puente y que amenazaba con tirarse, entonces acudimos al llamado, antes de llegar al Viaducto ya íbamos anclados con arneses de seguridad y con cuerdas estáticas en caso de que tuviéramos que hacer un descenso o que a fuerza del individuo nos arrojara al vacío, llegamos, empezamos el tratamiento psicológico con él, había aglomeración del público, había presencia de la policía, el joven no quería que ninguna persona pasara la barrera de protección y que si alguien lo hacía inmediatamente se arrojaba al piso y después de unos 15 minutos de trabajo psicológico y de entretenerlo por el lado izquierdo, tuve la oportunidad de arrojarme sobre él por el lado derecho y aprisionarlo sobre la baranda de seguridad, inmediatamente el joven ofreció repulsa contra al acción de salvamento que estábamos ejerciendo sobre él, pero ya mis compañeros y al fuerza de la policía nacional me colaboraron para poner al joven al otro lado de la barrera y llevarlo al comando de la policía para la entrevista y trabajo psicológico y posterior trabajo médico con el joven que quería acabar con su vida por cualquier razón que haya sido”.
Entre tantas historias y anécdotas recordando eventos sucedidos durante once años de oficio, recuerda con mucha tristeza el caso de un incendio presentado en uno de los barrios de Dosquebradas, en el cual una pareja de esposos dejaba a su hijita de apenas unos añitos de vida, y que presentaba retardo mental, encerrada con llave y candados para que no pudiera salir, cuando los bomberos llegaron a atender el incendio, hicieron varios intentos para poder abrir la puerta y cuando lo lograron encontraron la niña sin vida pues había fallecido por inhalación de gases tóxicos, por alta temperatura y por radiación, y como el Sargento Estrada expresa: “durante 11 años me ha preparado para salvar vidas, nunca me ha preparado para que una vida se me vaya”.
Este tipo de emergencias lo impacta demasiado pero contrario a ello también lo impacta el hecho de saber que en 4 ocasiones ha tenido la fortuna de asistir señoras en su periodo de gestación a término y que lo han llamado porque han iniciado su trabajo de parto, en el momento de llegar a prestar la atención, realizar el traslado a una clínica se ha dado el proceso de alumbramiento y ha tenido la fortuna de recibir el bebé en un centro asistencial para que le realicen la respectiva valoración médica.
Son sentimientos diferentes, son sentimientos de alegría, felicidad, de que para esto se ha preparado durante 11 años y como regla que prevalece dentro del Grupo de Bomberos es “Salvaguardar la vida de los conciudadanos y dela gente del común que están directamente involucrados en el evento”.